En un capítulo que quedará grabado en la memoria de la ciudad, el regidor Leo Calderón emergió como el valiente defensor de la herencia histórica y cultural al revelar una trama que amenazaba con vender la calle de acceso a la venerada Ermita del Rosario, la primera iglesia de la cristiandad en el Nuevo Mundo.
Con una postura inflexible, Calderón no solo se erigió como el principal impulsor para impedir la venta de este vital acceso, sino que también se convirtió en el denunciante incansable que destapó la oscura intención detrás de este plan. Su compromiso con la preservación del patrimonio local y la protección de los espacios sagrados no solo merece reconocimiento, sino también reflexión sobre el tipo de liderazgo que nuestra ciudad necesita.
Ahora, en su búsqueda por la reelección como regidor, Leo Calderón se presenta como un candidato que encarna la integridad y la valentía necesarias para enfrentarse a los desafíos que plagan a una ciudad a menudo víctima de actos deshonestos y depredadores. En un entorno político donde la corrupción a menudo busca socavar los valores fundamentales de nuestra sociedad, Calderón representa una voz firme en la defensa de lo que es justo y sagrado.
El rescate de la calle que conduce a la Ermita del Rosario es un testimonio tangible de cómo un individuo comprometido puede movilizar a la comunidad y evitar que la codicia prevalezca sobre la historia y la identidad de la ciudad. En un contexto donde el actuar ético y la transparencia son más necesarios que nunca, Calderón se postula como un líder que no solo promete, sino que ya ha demostrado su capacidad para actuar en beneficio del bien común.
Así, en medio de una ciudad que a menudo se ve asediada por aquellos que buscan aprovecharse de su riqueza y tradición, Leo Calderón se perfila como un faro de esperanza. Su historia de valentía y determinación en la defensa de lo que es sagrado no solo merece reconocimiento en el pasado, sino también respaldo en el futuro. Es este tipo de liderazgo lo que nuestra ciudad necesita para resistir y superar los embates de aquellos que buscan saquearla